“Lo que nunca jamás pudimos medir fue nuestro amor, porque era infinito.
Era, si, como cuando Palinuro le preguntaba al abuelo cuánto lo querÃa.
- Mucho, muchÃsimo le contestaba el abuelo Francisco.
- Pero ¿cuánto, cuánto abuelo? ¿De aquà a la esquina?
- Más, mucho más.
- ¿De aquà al Parque del Ajusco?
- Más, muchÃsimo mas: de aquà al cielo de ida y de regreso, yéndose por el camino mas largo de todos y regresando por un camino todavÃa más largo. Y eso después de dar varios rodeos, de perderse a propósito, de tomar un café con leche en Plutón, de recorrer los anillos de Saturno en patÃn del diablo y de dormir veinte años como Rip Van Winkle, en uno de esos planetas donde las noches duran veintiún años: porque a mi me gusta levantarme temprano, cuando menos un año antes de que amanezca.”
―
Fernando Del Paso,
Palinuro de México