Lo más interesante de este libro de no-ficción se concentra al principio y al final. Son los capítulos dedicados a la caída de la Britania romana y laLo más interesante de este libro de no-ficción se concentra al principio y al final. Son los capítulos dedicados a la caída de la Britania romana y la llegada de los Anglos y Sajones, y el dedicado a la conquista normanda. Son los que verdaderamente hacen una panorámica del contexto histórico y te permiten entender qué papel ocuparon estos pueblos dentro de la historia de Inglaterra y de Europa.
Lo demás, es una sucesión interminable de reye(zuelos) que, si bien aporta datos interesantes (por ejemplo, conocer cómo se extendió el cristianismo a golpe de espada por este territorio, cuál es el origen histórico de los distintos reinos que aún hoy conforman Gran Bretaña, la etimología de ciertos conceptos y topónimos, el origen del mito Artúrico, cuánta influencia tuvieron las invasiones danesas en la fundación de ciudades y monasterios por toda Europa...) se hace pesada de leer.
Además, a pesar de los esfuerzos del autor por hacer el tema ameno, por seguir un hilo argumental más allá de la cronología de hechos, y por filtrar datos para que sean lo más fidedignos posibles, lo cierto es que el periodo de la historia inglesa que va desde el siglo V hasta la conquista normanda en 1066, es bastante monótono y apenas hay nada documentado: casi todo el conocimiento se basa en los escasos hallazgos arqueológicos que se han producido y en los mitos y exageraciones narradas por religiosos de siglos posteriores. Es lo que tiene que cada dos por tres tuvieras a los 'vikingos' arrasando tus ciudades.
Me alegro de haber llenado el vacío de conocimiento que tenía sobre esta época tan ignota, pero creo que el periodo en sí no merece tanto la pena como para explorarlo durante 400 páginas....more
Esta relectura llega unos... 26 años después de la primera vez que leí este libro y esa brecha me generaba mucha curiosidad. ¿Me volvería a gustar ManEsta relectura llega unos... 26 años después de la primera vez que leí este libro y esa brecha me generaba mucha curiosidad. ¿Me volvería a gustar Manolito? ¿O se habría quedado como uno de esos recuerdos de la infancia que es mejor no revisitar para no malearlos? Bueno, en mi caso ha sido la primera opción. Es más, me he dado cuenta de que Elvira Lindo en realidad no escribía para niños; creo que escribía para los treintañeros que algún día volveríamos a leer sus libros. El trasfondo social que destila esta historia no ha caducado y los temas a los que Manolito se acerca con su mirada ingenua (diferencias entre clases sociales, conciliación familiar, edadismo...) le dan esa otra dimensión al libro que, cuando lo leías con 10 años, no llegabas a entender.
Pero por encima de todo, releer este libro es un regalo: volver a esa época en la que las mayores preocupaciones que te asaltaban eran sacar un seis en Conocimiento del Medio o que la merienda que te trajeran no fuera de Nocilla; volver a un universo donde jugar en el parque con tus amigos era religión, hacer recados en el centro era toda una aventura y los abuelos eran piezas fundamentales en tu vida... no tiene precio. Estoy deseando, poco a poco, releer todos los libros, y seguir disfrutando de la mejor de las nostalgias. ...more
Lo que más me ha gustado, con diferencia, de este breve retelling de las leyendas artúricas es su ambientación. Desde las primeras páginas, la autora Lo que más me ha gustado, con diferencia, de este breve retelling de las leyendas artúricas es su ambientación. Desde las primeras páginas, la autora consigue trasladarte a esa Inglaterra salvaje y primigenia previa a la conquista normanda, donde los mitos celtas y britanos aún convivían con las religiones de los anglos y sajones, e incluso con el incipiente cristianismo. Un caldo de cultivo, bien aderezado de bosques y naturaleza indómita, para que cualquier mito, relato épico o mágico floreciera de manera orgánica. ¿Dónde, si no es en esa isla, podrían haber surgido los Merlines, Arturos, Lanzarotes y Morganas de la literatura?
Dicho esto, y dejando constancia de que el estilo de la autora me gustó bastante, el 'viaje del héroe' que nos propone no me convenció del todo.
Pese a ser una novela breve en la que todo ocurre con la premura que este tipo de historias exigen, los distintos clímax que jalonan la trama (siempre propiciados por el enfrentamiento frontal entre 'buenos' y 'malos'), se resuelven en apenas un par de líneas. Me resultaba difícil involucrarme en una historia épica en la que a la protagonista le salía absolutamente TODO bien a la primera, ya fuera conquistar a los enemigos, a los amigos y hasta a los amores.
Creo firmamente en que el arquetipo de héroe de fantasía necesita un buen lavado de cara y que incluir nuevos puntos de vista y realidades revitaliza mucho la fantasía, pero 'el viaje del héroe' tiene que respetar ciertas normas para funcionar bien. Todo protagonista necesita un arco bien definido, una evolución, superar adversidades, evolucionar. Y yo eso no lo vi en Peretur. ...more
Encontrar una novela más genuinamente inglesa que ésta me parece complicado:
De una parte, tenemos a un flemático inspector que se recupera en cama enEncontrar una novela más genuinamente inglesa que ésta me parece complicado:
De una parte, tenemos a un flemático inspector que se recupera en cama en un hospital (que más parece un Bed and Breakfast por el trajín de visitantes que tiene) de una mala caída que prácticamente lo deja inmóvil, mientras se dedica a poner motes a sus enfermeras, a presumir de ser buen fisionomista, y a despotricar de su propia existencia y de las novelas que le traen sus amigos.
Y de otra, a Ricardo III, probablemente el rey más denostado de Inglaterra, al que popularmente se le atribuyen todos los defectos físicos posibles y algunos de los crímenes más execrables de la Historia del país. Todo el que haya visitado la Torre de Londres, lo conoce.
Estos dos mundos, a priori tan alejados e inconexos, van a colisionar cuando una amiga del inspector le proponga resolver algún misterio para matar el tiempo. Y entre las opciones a su alcance, el inspector Alan Grant (con ese nombre jurásico cómo no le iba a querer) se cruza con el retrato de un rey que aparenta ser de todo menos el monstruo que dicen que era.
Y ya está, ya tenemos novela. Nunca saldremos de esa habitación de hospital ni de esa cama y apenas saldremos de la biografía de Ricardo III y sus coetáneos. Pero creedme que, tanto si os gusta la novela policiaca, como la histórica (o la combinación de ambas), no os querréis perder esta vindicación de la vida de un hombre que, muy probablemente, el único delito que cometió fue el de ser demasiado magnánimo con sus adversarios.
Una novela de diálogos, reposada, bien documentada, algo intelectualoide pero accesible a todos los públicos, y que me parece que es una auténtica delicia....more